Acaricia paciente
cada grano de arena
vertido en el reloj;
Aletargando el tiempo
en sus manos audaces…
Macerando un encuentro…
Reposando cada instante…
Aun cuando su sangre fluye inquieta
Y golpea mi nombre en su memoria
cada vez que el cuerpo se le impacienta…
…Mas su gentileza
es primera para conmigo…
Porque es de sabios madurar la uva,
si lo que se desea
es un vino dulce como néctar divino.
Para embriagarse…
Desde la mente el sexo
…Y desde el cuerpo al alma…